Una cosa es seguro: acosada por al menos una causa judicial que la trastorna, jaqueada por encuestas no tan antiguas que la daban como perdedora de las próximas elecciones, aparentemente ignorada hace poco por la marioneta que ella eligió como Presidente, la muy hábil e inescrupulosa Cristina se ha colocado en el centro de la escena, unificando sólidamente a los peronistas, se subió al pedestal de víctima, y va por más. De yapa logra también que los que se tragan cualquier sapo entiendan ahora que oponerse a ella política o judicialmente es fomentar el odio y el terrorismo. Es sólo una vuelta de tuerca sugerir que estos fomentadores de la violencia deben ser silenciados.
No soy de los que se creen teorías conspirativas… pero si ella misma y su entorno no organizaron esto (no creo que lo hayan hecho), les vino como anillo al dedo y le están sacando y le sacarán TODO el jugo que le puedan sacar.