Mejor que IMAX

Decimos una tontería y a fuerza de repetirla acabamos creyéndola.

La ignorancia afirma o niega rotundamente; la ciencia duda.

Es difícil liberar a los tontos de las cadenas que ellos reverencian.

Aquellos que te hacen creer absurdos te pueden hacer cometer atrocidades.

Es peligroso tener razón donde las autoridades establecidas se equivocan.

Estas citas no se refieren a la ideología de género, o al dogma del calentamiento global, o los estudiantes universitarios en las instituciones de elite, o a cualquier gobierno comunista del Siglo XX. Ni siquiera a los legítimos cuestionamientos sobre los resultados electorales en las elecciones del 2020 en Estados Unidos.

Estas son todas frases de Voltaire, escritas en el Siglo XVIII cuando los que muy humildemente se auto percibían como “iluminados” se burlaban de la Iglesia Católica, o mejor dicho de la caricatura que ellos mismos se habían construido de la Iglesia y que poco tenía que ver con la realidad.  

Voltaire es considerado uno de los padres espirituales de la Revolución Francesa que pocos años después adoraba a la “diosa razón” en Notre Dame, representándola con una prostituta.  Como dijo Chesterton: “Cuando la gente no cree mas en Dios, no pasa a no creer en nada. Pasa a creer en cualquier cosa”.

El máximo logro de este movimiento “liberador” fue liberar a un montón de cuerpos de la opresión de sus respectivas cabezas y provocar una proto guerra mundial a través de su heredero intelectual, Napoleón Bonaparte, causando otros miles de muertos más.  Confirmando la máxima sobre el que hace creer absurdos naturalmente hace cometer atrocidades.

Después de casi tres siglos de “progreso”, es interesante observar como el movimiento progresista se acerca cada vez mas a la caricatura que ellos crearon de la Iglesia:

Tienen dogmas que no pueden ser discutidos:

  • Se puede elegir el “genero” que es una “construcción social” pero no la “orientación sexual” que es una característica innata e inamovible.
  • Los bebes no existen en la panza de la madre y por lo tanto no tienen ningún derecho.  
  • Los modelos de computadora, con miles de variables que predicen el comportamiento del clima dentro de décadas son inerrantes y no pueden ser cuestionados.  
  • La causa del crimen son las armas y la pobreza. Ninguna otra causa puede ser analizada. 
  • Las diferencias de resultados entre diversas categorías humanas solo puede ser explicada por la injusticia del “sistema”, racismo, opresión, colonialismo, etc. Nunca por méritos o deméritos individuales.  

Y sigue una larga lista que va a siendo adaptada según corre el tiempo. Porque a diferencia de la Iglesia, que tienen poquísimas declaraciones dogmáticas y todas ellas con siglos de tradición, análisis, concilios, bibliotecas escritas sobre cada uno, esta nueva secta religiosa tiene cientos de dogmas temporarios. Ninguno de ellos expresado con claridad y nunca escritos y enumerados. Uno nunca puede estar seguro cual es el “Credo” de esta nueva religión.

La Inquisición Católica fue originada como una protección a los individuos que eran perseguidos por el poder político bajo la excusa de temas religiosos. En respuesta se instauro un proceso con acusación, defensa, procedimientos, garantías para evitar que alguien fuera declarado hereje por un capricho.  No se trata aquí de negar los abusos a lo que ello se prestó. Como toda institución manejada por seres humanos. Pero baste decir que la famosísima inquisición española (considerada el “estándar de oro” de la represión inhumana y supersticiosa, ejecuto en toda su existencia de cuatro siglos a unas 3,000 personas, siendo que el numero más alto que es esgrimido por los “leyendistas negros” es de 30,000.  

La nueva secta religiosa del progresismo tiene una inquisición fanática. Pero a diferencia de la original, no tiene acusación, ni defensa, ni proceso, ni garantías.  Simplemente la ley de la muchedumbre tecnológica que condena e impone las penalidades de la “cultura de cancelación” (o de las más concretas) con liberalidad. Todavía han sido relativamente limitados cuando se trata de matar físicamente, pero eso se acerca.  Y estoy siendo generoso aquí ya que no pongo en su haber los más de 100,000,000 de víctimas del comunismo, que ciertamente correspondería incluir.

Y ni hablemos de la separación de la Iglesia y el Estado. A diferencia de la enseñanza tradicional de la Iglesia que siempre considero el poder temporal separado del espiritual (aunque sujeto a la Ley de Dios), en la mente progresista todos los mandatos “morales” deben ser implementados a través de regulaciones estatales.  No creyendo en una vida eterna, todas las penas por los “pecados” deben ser pagados en esta tierra. No creyendo en un Tribunal Divino, se apoyan exclusivamente en los estatales.  

Aquí podemos recurrir a Sigmund Freud, otro de los patriarcas del Progresismo que, como todo reloj roto tiene razón dos veces al día:  Según dicen, Freud notó que alguno de sus pacientes acusaba a otros de tener sentimientos que en realidad eran exactamente los que ellos mismos estaban demostrando.  A esto lo llamo “proyección psicológica”. 

La secta Progresista proyecta como una pantalla de IMAX: ellos son exactamente la peor versión de la leyenda negra de la Iglesia Católica.

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