Recordando y aprendiendo una lección de Lepanto

Introducción de La Botella al Mar: Hace 451 años, la armada católica bajo el mando de Don Juan de Austria derrota la flota musulmana en Lepanto. Este evento se considera clave en frenar la expansión turco-musulmana en el Mediterráneo. Hace 8 años Nicholas Frankovich publica esta nota en First Things, con una reflexión que sigue y seguirá tan vigente como entonces. La compartimos con nuestros lectores para recordar la célebre victoria naval de la Cristiandad y continuar la lucha en nuestros días.


Durante los meses previos a la Batalla de Lepanto, librada este día hace 443 años, el Papa Pío V instó a los fieles a rezar por la victoria militar contra las fuerzas musulmanas que pretendían asaltar Italia desde la costa del Adriático. Específicamente, instó a los católicos de Europa a rezar diariamente el santísimo rosario de la Santísima Virgen María. Prevaleció la armada cristiana, y en el calendario romano el 7 de octubre fue dedicado a Nuestra Señora de las Victorias.

Victoria, qué palabra de oro. Los cristianos de épocas anteriores apreciaron su valor. ICXC NIKA, escribieron. Cristus vincit. Cristo es victorioso. O, más coloquialmente, Cristo gana.

En general, los cristianos en el mundo desarrollado ahora huyen de esa idea. Están medio enamorados de la derrota, para identificarse así mejor con los pobres y los oprimidos, con Cristo en la cruz, como si la abnegación fuera un fin en sí mismo y no el medio para la victoria sobre la muerte y el príncipe de este mundo.

En su coqueteo con el pacifismo, los cristianos liberales son aprensivos incluso con el la idea del combate espiritual, en parte porque les da vergüenza creer en los espíritus, el orden de criaturas al que pertenecen los espíritus malignos. Es un grave error no hacer distinción entre ellos y nuestro prójimo de carne y hueso, detrás del cual se esconden y utilizan como escudo humano. A veces actúan por él, con él y en él. Puedes reconocerlos en su comportamiento precisamente cuando se vuelve inhumano. Lean la descripción de Michael Novak de lo que Alfa Mustafa infligió al general Marcantonio Bragadino durante el período previo a Lepanto. O recuerden la tortura a los cristianos en nuestros días. Podrías también ver videos de decapitaciones. Pero no lo hagas. Te tentarán a disfrutar de un espíritu vengativo.

Sabemos que está mal tratar a nuestro prójimo como lo haríamos con el diablo. Necesitamos que se nos recuerde que es igualmente incorrecto tratar al diablo como tratamos a nuestro prójimo.

por Nicholas Frankovich


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