La Argentina que funciona… y la otra

El Lunes hablábamos de lo satisfactorio que fue ver la victoria de la Selección y los festejos. Toda una imagen de la Argentina que funciona. Una Argentina encarnada y representada por la Selección tenía una tarea difícil:  Ganar la prueba deportiva mas competitiva del mundo. Lo consiguieron gracias a la disciplina, esfuerzo y trabajo en equipo de los jugadores y el plantel técnico.  

El Martes nos encontramos con la otra Argentina. La Argentina encarnada por el Gobierno Nacional, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires y el de la Ciudad.  Estos tenían una tarea relativamente simple: vallar un recorrido, organizar un cordón de seguridad y asegurarse que hubiera suficiente agua e idealmente, baños para que el público pudiera asistir a la fiesta civilizadamente en un día de sol y calor.

Para ello tenían los recursos que brinda un 45% de carga fiscal. Cientos de miles de empleados públicos. Toda la información y experiencia necesaria disponible del otro lado de una búsqueda de internet, de un email o de un llamado de teléfono.

El Mundial es un evento programado hace MUCHO tiempo. Argentina es favorita desde el principio. Es Finalista desde hace una semana.  La población del Área Metropolitana de Buenos Aires es un dato conocido. El entusiasmo argentino por el futbol también.  El recorrido de la Selección no era un secreto de estado.  Alrededor del mundo hay experiencia acumulada sobre como proveer seguridad para eventos masivos. Las autoridades sabían la repercusión internacional de este momento. Que todos los ojos estarían en Buenos Aires este día. Que seria un momento ideal para festejar y de paso mostrar nuestra capacidad de organización.

Todos los elementos servidos en bandeja para que hasta unos incompetentes como los que nos gobiernan pudieran hacer un buen papel.

Por supuesto, fallaron.

Miserablemente.

El espectáculo de ómnibus rodeado de unos pobres policías, algunos de los cuales tenían que correr HACIA ATRÁS, unas pocas motos, un par de camionetas que fueron desapareciendo hasta dejar a la Selección sola rodeada por una multitud desenfrenada (literalmente).  Hubo muertos por esta improvisación criminal.  

El único escape termino siendo un helicóptero bochornoso para todos los involucrados.

Mientras tantos estos chapuceros criminales, estuvieron maniobrando hasta ultimo momento, mendigando para la foto con los héroes del día.  En lugar de cumplir con el mínimo de su deber.

Cuando, merecidamente los dejaron sin su golosina, salieron a insultar con terminología marxista (“desclasado”) que muestra más la baja estofa propia que la ajena.

¿Que esperaban? Si Messi y los suyos no estaban furiosos con el Gobierno antes de este fiasco, seguramente lo estarían a la cuarta hora de avanzar solo un par de kilómetros.

Que renuncien. Mejor aún. Alquitrán y plumas…

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