Murió Monseñor Antonio Baseotto

Murió nuestro muy querido Monseñor Antonio Baseotto

p/ Cosme María Beccar Varela

Conocí a Monseñor Baseotto en un acto por la Vida y la Familia en la plaza Rodríguez Peña hace más de veinte años. Él y Monseñor Charbel fueron los únicos obispos que respondieron a nuestra convocatoria. Por coincidencia ninguno de los dos tenía jurisdicción territorial. La juridicción de Mons. Baseotto se extendía a cualquier lugar adonde hubiera un miembro de las Fuerzas Armadas. Y la jurisdicción de Mons. Charbel se extendía a cualquier lugar adonde hubiera un libanés maronita. No acudieron a la convocatoria niguno de los cinco obispos con jurisdicción territorial sobre la ciudad de Buenos Aires (un arzobispo y cuatro vicarios obispos). Por lo que recuerdo el vicario zona Centro residía en la casa del Clero justo enfrente a la plaza (una vez pedí una audicencia y me atendió ahí). Pero no se acercó.

Estando en la plaza me puse a conversar con él y quedé en ir a visitarlo a su catedral castrense “Stella Maris” para hablar de temas litúrgicos. A esa visita fuimos cuatro: Félix Dufourq, Luis Seligmann, Osvaldo Tévere (el único bajo la jurisdicción de Mons. por ser militar) y yo. Durante la entrevista Mons Baseotto explicó que él formaba parte de la Comisión de Liturgia de la Conferencia Episcopal Argentina y que en ese carácter estaba encargado de detectar y corregir los abusos litúrgicos. Para tener un parámetro objetivo de qué era un abuso litúrgico se puso a estudiar los misales anteriores a la reforma de 1968 y llegó a la conclusión que cuanto más una celebración litúrgica se alejara del rito tradicional había más riesgo de abuso. Y al revés, la misa era más piadosa cuanto más el rito moderno imitara al rito antiguo. Es decir que el rito tradicional era el “modelo” al cual había que acercarse, pero sin llegar nunca a tocarlo.

Realmente me sorprendió el hallazgo de Mons Baseotto. La misa redactada por Bugnini en 1968 no quedaba muy bien parada en su análisis. Era como si alguien dijera que jamás confiaría su salud a un médico, pero sí a un enfermero que se parezca lo más posible a un médico. Hay algo esquizofrénico en la misa nueva “bien rezada”. Hay un rechazo a la misa tradicional pero al mismo tiempo un deseo de imitarla.

Luego de esa entrevista Mons. Baseotto empezó a celebrar los domingos en su catedral la Misa con el Misal de 1962. Stella Maris se llenó de gente. Fue un éxito. Lamentablemente recibió críticas tanto del sector oficialista como del Padre Bouchacourt (FSSPX). Extraña coincidencia: ¡todos en contra de Baseotto! La postura de la FSSPX no fue compartida por el Dr Andrés de Asboth, quien fue uno de los primeros en apoyar a Monseñor Lefebvre en Argentina y sin embargo siguió yendo a las misas de Mons Baseotto.

En febrero 2005 estalló el hipócrita escándalo de Néstor Kirchner contra Monseñor Baseotto, por citar la condena que hizo el mismísimo Nuestro Señor Jesucristo contra quienes pervertían a los niños en las escuelas, máxime si utilizan el poder estatal. Monseñor Baseotto perdió su diócesis por imposición del Gobierno. El único obispo argentino que se solidarizó con él fue el de Quilmes. Y el Cardenal Ratzinger desde Roma. El silencio del Cardenal Bergoglio fue estrepitoso.

Ya sin tareas pastorales Monseñor Baseotto se dedicó de lleno a defender la Vida y la Familia para lo cual fundó un “Foro” cuyo objeto era reunir los esfuerzos dispersos de tantos grupos pro-vida. Las reuniones del Foro se realizaban en el salón parroquial de Las Victorias, al que Monseñor tenía acceso en su calidad de Redentorista. De nuevo, al inicio el éxito fue rotundo. El salón se llenaba y rebalsaba. No faltó nadie del ambiente “pro-vida”. Pero como suele suceder, los grupos tienen un problema que llamo de “matemáticas” porque cada uno piensa que “hay que sumar” significa “que todos se sumen a mí”. Es curioso cómo muchos que deploran la dispersión de los esfuerzos están poco interesados en someter los suyos a la dirección de otro jefe. El resultado es que el Foro se fue desintegrando. Monseñor viajó a Roma, se entrevistó con el Papa (a esa altura ya era Benedicto XVI), le pidió que rece por el Foro y que ponga su firma en una bendición especial. Esa bendición debidamente puesta en un lindo marco presidió las reuniones del Foro mientras seguía su desintegración. La Corporación de Abogados Católicos, como miembro fundador (y liquidador) del “Foro de la Vida y la Familia de Monseñor Baseotto” se quedó con ese cuadro, que tenemos colgado en la sede de la Avenida Santa Fe 1206 1° A.

Monseñor no se quedó quieto por haber perdido su Diócesis y su Foro. Siguió “rezando y trabajando”, como dijo el padre José Vogt (redentorista) hablando sobre Luis Baseotto (también redentorista), que murió en esos años. Luis y Antonio dedicaron su vida a “rezar y trabajar”. Imposible mejor elogio.

De esos trabajos posteriores destaco el apoyo a la Preregrinación Nuestra Señora de Cristiandad. Gracias a su calidad de obispo no se le podía prohibir que celebrara con el Misal 1962 en la propia Basílica de Luján. Luego que Monseñor, por su enfermedad, dejó celebrar la misa de cierre de la peregrinación cayó la proscripción, como sucedió en Covadonga y como aparentemente está por suceder en Chartres. Las misas ahora se celebran en el corral de caballos de una peña criolla.

Tuve el honor de que Monseñor Baseotto casara a mi hija María de la Cruz, con rito matrimonial antiguo y Misa San Pio V, en la Basílica del Santísimo Sacramento y que bautizara a mi nieto Esteban.

Muchas gracias Monseñor! In Paradiso deducant te angelis!

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