Cacofonía

Si hay algo que la actual guerra en Ucrania me ha enseñado, es que todos vivimos inmersos en cantidades indigeribles de información. En una era en la que cualquiera con acceso a internet puede ponerse a leer las obras completas de Cicerón, o mirar el último video de un misil ruso explotando en Kiev, es muy difícil decidir cómo priorizar la información disponible, que conclusiones sacar de ella y como esta afecta nuestras vidas.

Dicen que la verdad es la primera víctima de la guerra, y esto no es un fenómeno moderno. Siempre fue así. Lo que es moderno es la velocidad y amplitud geográfica con que la información circula en el mundo. No hacen falta muchos conocimientos técnicos o abundantes fondos (y esta misma Botella es una muestra de esto), para que cualquiera que quiera emitir un sonido en el ciberespacio pueda hacerlo.

Esta cacofonía digital es generada por incontables entidades públicas y privadas con presupuestos muy diversos que tienen intereses en difundir su opinión y su punto de vista. Como todos, estas deciden a qué hechos darle importancia y a cuales no, siendo la omisión muchas veces tan estridente como el énfasis. Ya no se trata simplemente de informar hechos puntuales. Desde la selección de la noticia, hasta cómo se la entrega, está sirviendo, en menor o mayor grado, el interés del que la presenta.

Aquellos quienes pretenden la quimera de recibir “sólo los hechos”, para poder “formar su propia opinión”, tienen que recurrir a todo tipo de esfuerzos para “compensar” la parcialidad conocida o supuesta del que entrega la noticia. Ni una legión de expertos sería capaz de verificar en tiempo real la veracidad de las noticias que se generan y entregan en el mundo, y el que absorbe noticias y quiere retener cierta independencia intelectual lo hace sabiendo que sus esfuerzos nunca serían del todo exitosos.

Para complicar más el asunto, no podemos olvidar que todos cargamos nuestras propias parcialidades, de las que somos más o menos conscientes, creadas y alimentadas desde nuestra infancia como parte de nuestra educación, entorno familiar y opciones de vida. Ellas también determinan nuestro punto de vista, y se requieren actos de honestidad intelectual poco comunes para ser capaces de asomarnos como por una ventana al punto de vista del otro sin perder nuestras propias ideas, pero al mismo tiempo admitiendo que ángulos diferentes pueden sumar al que uno ya tiene.

En última instancia, se requiere una vida de educación, trabajo y fe en Dios para identificar y adquirir los principios y valores morales, religiosos y humanos que nos deberían servir de guía en nuestra búsqueda de la verdad en un mundo que ha desarrollado el talento de camuflarla muchas veces con maestría. Al igual que el camino de la salvación eterna, esta no es una tarea fácil o popular. Pero si al menos no tratamos de desarrollar estos principios y valores, inevitablemente seremos como un corcho en el océano, avasallados por las opiniones de los que pueden hablar más fuerte que nosotros.

Volviendo al tema Ucrania, quizás los acontecimientos tácticos en el campo de batalla sean los más fáciles de entender. Al final del día, este lado controla tal territorio, y tal o cual edificio o puente fue o no fue destruido. Pero a la hora de formar un juicio sobre los antecedentes del conflicto, o la moralidad del mismo, para no hablar sobre las consecuencias que este puede tener sobre el futuro de ambos países en pugna y sobre el resto de Europa o el mundo, ahí es donde nos encontramos con el equivalente a una “torta mil hojas”, donde cada camada representa una posible explicación, aparentemente bien razonada y con su propio conjunto de datos para fundamentarla.

Puestos a deconstruir esta torta y sus mil hojas de hojaldre, las posibilidades de interpretaciones alternativas son incontables. Aquí algunas de ellas:

  • Los únicos ganadores de esta guerra serán, como siempre, los fabricantes de armas que están juntando billones.
  • Estados Unidos y la OTAN están “luchando hasta el último ucraniano” para debilitar a Rusia pero, en realidad, no tienen un interés real o válido por ver una Ucrania independiente.
  • Ucrania nunca debió haber sido independiente porque siempre fue parte de Rusia hasta que Nikita Kruschev se la regaló a los ucranianos.
  • Europa y la OTAN representan políticas anti-cristianas como la ideología de género o el aborto, mientras que Putin lucha contra la homosexualidad y es un líder de “derecha”.
  • Rusia está luchando una guerra defensiva ya que fue provocada por la OTAN y tiene derecho a defenderse.

Y seguro que hay otras…

Pese a que todas o alguna de estas interpretaciones, sean tal vez legítimas, en lo personal, e íntimo conocedor de mis propios prejuicios y puntos de vista; nacido y formado durante la Guerra Fría, pocas cosas me harían más feliz que ver a Putin derrotado y que la Rusia que él y sus amigos oligarcas representan sea puesta en su lugar. Ese deseo de mi parte, inevitablemente, goza de cada victoria ucraniana y celebra cada debacle ruso. 

5 comentarios en “Cacofonía”

  1. Coincido que mi simpatía esta con el pueblo Ucraniano y les deseo la victoria.
    Eso dicho, no le tengo fe ni a Zelinski, ni a Putin, ni a Biden, ni a Macron, ni al sociata Aleman (como se llame), ni a la NATO, ni a la UE, ni a los Rusos, ni a los Chinos…
    En otra era histórica (tipo cinco anos atrás) todos estos personajes (salvo Putin, claro está) hubieran estado chillando como marranos para un “alto el fuego”, que “la guerra nunca es una solución”, que “los fabricantes de armas”, que “better red than dead”, que PAZ, PAZ, PAZ, PAZ etc.
    Ahora todos los “pacifistas” de “Code Pink” que nos torturaban la paciencia contra toda lógica y racionalidad, tienen una bandera Ucraniana colgada de su puerta, de su perfil, de su solapa, de su auto y conversan sobre la posibilidad de una guerra atómica con una tranquilidad escalofriante.
    Todavía no tengo muy claro por qué (cacofonía!), pero no estoy convencido que haya “buenos” en esta guerra (salvo los sufridos Ucranianos de a pie).

  2. En una guerra en donde los hechos, los juicios y la prioridades son tan complicadas creo que hay que elegir un aspecto que sirva de guía, de lo contrario nos volvemos locos.

    Tampoco hay que apegarse excesivamente a esa guía, porque las circunstancias pueden demostrar que ya no es lo que era.

    Pero en este momento, tal como están las cosas, creo que todavía se puede decir que lo principal es la LIBERTAD de los ucranianos.

    No hay duda que hay otros intereses en juego, empezando por los fabricantes de armas. Pero sobre todo está en juego la libertad de los ucranianos, a punto de ser asfixiada por Putin.

    Esta idea nos la explicó en su visita a BsAs la Médica rumana Anca Cernea (https://www.reginamaria.ro/medici/dr-cernea-anca). Ella nos decía que Putin es un tirano, que el régimen que pretende imponer en Ucrania, Rumania, Polonia y demás países vecinos es tiránico, y que si bien los países occidentales son moralmente decadentes, aún así son preferibles a la tiranía.

    Con mucha amargura Anca nos manifestaba su desilusión estaba con toda la “derecha” amiga de Putin. “¡No saben con quién se están metiendo!”

    Y además ella nos decía que es bastante falsa la supuesta moralidad de la Rusia de Putin. Está igual de decadente que Occidente.

    Es la opinión de alguien que vivió atrás de la cortina de hierro y sufrió persecución en manos de los rusos, especialmente por ser católica no cismática. La Iglesia Cismática Rusa siempre fue funcional al régimen, tanto bajo los soviets como bajo Putin, y consideran que toda persona de raza eslava debe ser cismática como ellos.

    Parece que el Presidente de Rumania invitó a Putin a una visita oficial y Putin le contestó: “A tu país solamente voy manejando un bombardero”.

  3. Alejandro Brocca

    Coincido con vos y también deseo que Putin sea aplastado. Creo que esta guerra también ha servido para desenmascarar un mito que arranca al finalizar la segunda guerra.
    Siempre se creyó -o se hizo creer- que Rusia, o mejor dicho la URSS, era una superpotencia. Esto si bien en cierto modo es innegable no.podemos soslayar la obsolescencia del armamento ruso.
    Siempre pensé que USA y la OTAN eran superiores en el terreno militar a los rusos y creo que la gran superpotencia está siendo destruida por el armamento proporcionado por Occidente. No olvidemos que también en la segunda guerra si no fuera por la inmensa ayuda de USA, Rusia no tenía gran ejército. Y.los armaron de una manera increíble ( creo que el único que advirtió esto fue Patton)
    En fin siempre esta latente el peligro de que un irresponsable mesiánico como Puutin desate un holocausto nuclear, pero eso ya da para comentar con mayor profundidad, porque en esa cuestión también creo que su material es viejo..
    Si bien me desvíe del tema principal de tu artículo , quería comentar este aspecto que muchos parecen no ver. El Oso ruso y su fabulodo armamento no es invencible.
    Felicitaciones por tu artículinteresante resante

    1. Alfonso Beccar Varela

      Alejandro, recuerdo que el mito del poderío militar ruso quedó expuesto de forma parecida cuando cayó del muro de Berlín. Occidente “descubrió” entonces que el ejército ruso era hypercorrupto, ineficiente, donde todos vendían todo lo vendible para sobrevivir, etc. El terror reverencial que muchos tenían por la poderosa USSR estaba basado principalmente en propaganda (en esto los comunistas y sus aliados siempre fueron muy hábiles) y, naturalmente en la amenaza nuclear potenciada en aquel entonces por los aliados “verdes” del comunismo. Creo que 30 años después estamos más o menos en el mismo lugar, con la diferencia que los ucranianos están pagando con sangre el precio de desenmascarar el poderío ruso ahora. Ojalá que no sea en vano.

  4. Matías Rust aterrizando en la Plaza Roja demostró la ineficiencia de las defensas rusas. ¡Una superpotencia que ni siquiera sabe proteger su espacio aéreo!

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