La escritora francesa Annie Ernaux que acaba de ganar el premio nobel de Literatura 2022 convirtiéndose en la decimoséptima mujer que gana el galardón, ampliamente considerado el más prestigioso de la literatura mundial desde que se creó en 1901, resultó ser una polémica activista que no ha dejado a muchos indiferentes.
Los organizadores del Nobel señalaron que para escogerla se centraron en su calidad literaria y no en enviar un mensaje al mundo al elegirla; pero la victoria de la Señora Ernaux visibiliza positivamente el aborto, meses después de que la Corte Suprema de EE. UU. anulara Roe v. Wade.
Efectivamente, para los que no la conocen, Madame Annie Ernaux, es una francesa de 82 años, autora de una veintena de libros entre los que se encuentran “El Acontecimiento”, donde relata su propio aborto clandestino ocurrido en el año 1963, cuando este era ilegal en una Francia católica, narrativa que es llevada posteriormente al cine por Audrey Diwan, en el año 2021.
Tras conocerse la entrega del premio, durante una rueda de prensa que tuvo lugar en la editorial parisina Gallimard, la novelista no solo expresó que luchará hasta su último suspiro para que todas las mujeres puedan “elegir ser madres o elegir no serlo” – considerando que la anticoncepción y el aborto son derechos fundamentales – sino aprovechó la oportunidad para manifestar su preocupación por el ascenso de la “extrema derecha” en países europeos, entre los que citó a Italia y Hungría. Opinó entonces, mostrando su otra cara, que “hay que explicar las cosas. Históricamente, la extrema derecha nunca fue favorable a las mujeres” (sic).
El derecho a un aborto libre no es la única causa por la que lucha la Sra. Ernaux. También es conocida por su apoyo al denominado movimiento internacional BDS – siglas de “Boicot, Desinversión y Sanciones”-, para sancionar económicamente a Israel por su política de asentamientos en los territorios palestinos. Así en mayo del año 2019 formó parte del colectivo de más de cien artistas franceses que, a través de una carta, llamó a boicotear el célebre concurso de la canción de Eurovisión por celebrarse en Tel Aviv; carta que exigía además que la televisión gala desistiera de transmitir el evento.
Ante la polémica galardonada, se levantaron voces indignadas por sus posiciones públicas antisemitas en el mundo judío. Así el presidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania, Josef Schuster, criticó la concesión del premio por considerarlo un duro golpe a la lucha mundial contra el antisemitismo. La Iglesia Católica, sin embargo, ha guardado silencio en referencia a su activismo a favor del aborto.
No olvidemos tampoco que la escritora francesa, también a través de una carta, solicitó la liberación del militante comunista libanés Georges Abdallah, cofundador de las Facciones Armadas Revolucionarias Libanesas en 1980 y condenado a cadena perpetua por los homicidios del teniente coronel Charles R. Ray, agregado militar estadounidense, y Yaakov Bar-Simantov, diplomático israelí, frente a su casa en París el 3 de abril de 1982, así como su participación en el intento de asesinato del ex cónsul estadounidense en Estrasburgo Robert O. Homme; crímenes que a juicio de la galardonada no merecen que su autor este encerrado ni constituye un peligro para la sociedad como potencial autor de otros.
En fin, el otorgamiento del premio a una activista como lo es la Señora Ernaux, no solo constituye una afrenta para la memoria de los miles de niños que no nacen en el mundo culpa del aborto, así como para las víctimas del terrorismo, sino que es un grave incumplimiento a la última voluntad del filántropo sueco Alfred Nobel al estipular en su testamento que cada año se premie a quienes otorgaran el “mayor beneficio a la humanidad” ya sea en física, química, paz, fisiología, medicina o literatura.
El Dr. Shimon Samuels, expresó preocupación que dado el activismo antiisraelí de Ernaux, parte del premio de casi un millón de dólares podría llegar a manos de violentas de las organizaciones propalestinas. Para Samuels, “la elección de la Academia Sueca es escalofriante”. Escalofrío que hago extensivo a posibles miles de niños que serán abortados gracias también a la galardonada y a su incansable labor en tal sentido.
P.D. si algún lector tuvo acceso a la declaración de los Obispos franceses sobre el premio a una activista de estas proporciones, me la hace llegar por esta vía.