San Luis Rey se tomaba muy en serio su obligacion de tocar a los escrofulosos (Mycobacterium tuberculosis) diciendo “El Rey te toca, que Dios te cure”. ¿Se imaginan a Alberto Fernández o a Lula tocando escrofulosos? ¡Ni por demagogia lo harían! ¡Qué asco!
En 1264 (siglo XIII) San Luis recibió la visita oficial del Rey de Inglaterra Enrique III. Hicieron un gran banquete… ¡para los mendigos de Paris!… ¡los dos reyes servían la mesa! Sólo después que los mendigos comieron bien empezó el banquete para los reyes. No lo hicieron por razones electorales; no necesitaban votos. Tampoco lo hicieron para quedar bien ante sus seguidores, o para que la noticia saliera en los diarios, o para exhibir cuán humildes eran (una forma refinada de orgullo). Lo hicieron porque eran católicos practicantes; porque querían hacer méritos ante Dios, irse al Cielo y evitar el Infierno. Ni Alberto Fernández ni Lula entenderían estos conceptos, ni aunque se los expliquen.
En ese viaje San Luis le devolvió a Enrique III muchas tierras que los reyes de Inglaterra habían tenido en Francia por herencias de Guillermo el Conquistador y Eleonora de Aquitania, pero que su abuelo Felipe Augusto había arrebatado a los ingleses en varias guerras. Así Inglaterra recuperó Normandía, Anjou, Turena, Maine, Poitou, Perigord, Bretaña, Auvernia, Berry, etc, etc. ¡casi la mitad de Francia, sin derramar sangre! En compensación Enrique III realizó el acto de vasallaje a San Luis. La ceremonia se hacía con el vasallo arrodillado ante su señor, con las manos juntas; el señor le tomaba las manos y juraban por su honor mutua fidelidad y ayuda. Para San Luis, muy legalista, este acto de vasallaje era suficiente protección. El Rey de Ingaterra quedaba legalmente atado a nunca levantar la mano contra el Rey de Francia.
Así hubo paz entre Inglaterra y Francia, hasta que un siglo después (Siglo XIV) los dos países se volvieron a pelear. Para esa fecha el mundo había adoptado los falsos principios que todavía lo gobiernan. No en vano Barbara Tuckman llama al Siglo XIV el “Espejo Distante” del mundo actual. Ahí empezaron los nacionalismos, los absolutismos en nombre del pueblo, el Bien Común separado de la salvación eterna, el maquiavelismo en la política y todo lo que seguimos viendo día a día.
Como ya dijimos en otro Post citando a Donoso Cortés: ¡Qué triste espectáculo es la humanidad alejada de las vías católicas!